Este el titular de la noticia del periódico Público.es de hoy. Es la nueva
lista de 'Forbes' de las mayores riquezas del país, sin incluir al rey, ya
que su fortuna sigue siendo una incógnita a pesar de la ley de
transparencia.
El sector textil, la venta de inmuebles, el mundo de
las inversiones, de las finanzas bursátiles o
la alimentación, entre otros, son algunos de los nichos de negocio en los
que las ricas familias españolas han conseguido amasar su fortuna. Estos
grandes grupos empresariales acumulan entre sus miembros hasta 32.000 millones
de euros; y solo 3 de estas familias acumulan más de 11.200 millones de euros.
La revista Forbes señala que casi todas estas fortunas son legadas o
heredadas fruto del reparto de bienes tras la muerte del fundador o heredero
varón, o, en las de origen más tardío, de la separación de bienes tras un
divorcio.
Tras presentar la noticia, deberíamos hacer un análisis de nuestro actual
sistema político-económico. Vivimos en una democracia, y automáticamente
pensamos que ya somos libres, sin embargo, ¿qué libertad puede tener un pueblo
que es manejado por 30 familias? Familias que han encontrado su capital en la
explotación de sus trabajadores, que llevan sus fábricas a Bangladesh para pagar
miserias incluso a niños y seguir agrandando sus riquezas.
La democracia es definida como ‘el gobierno del pueblo’ sin embargo, el
poder ni reside en los ciudadanos ni en sus representantes, sino que reside en
estas 30 familias que son realmente las que manejan y gobiernan nuestro país.
Tras esta óptica, nuestro sistema político está muy distante de poder
considerarse una democracia real.
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