sábado, 9 de noviembre de 2013

LIBERTARIAS 

Un poco de historia…
Durante el siglo XIX y principios del XX, el feminismo español tuvo menos envergadura que en los países desarrollados europeos. La subordinación de la mujer era justificada basándose en la función reproductora, que convertía a las mujeres en un ser pasivo e inferior. En resumen, un mero complemento del hombre, o ‘ser inteligente’.  Pese al retraso del movimiento feminista español, diversas mujeres iniciaron la defensa de la igualdad femenina, tanto desde la derecha como desde la izquierda.
A partir de 1914 las mujeres españolas se incorporaron de forma masiva al trabajo remunerado (puesto que el no remunerado fue llevado por ellas solas desde tiempos inmemorables). Después, una vez comenzados los años 20, el feminismo español comenzó a añadir demandas políticas a las reivindicaciones sociales. En 1918, en Madrid se crea la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Sus dirigentes María Espinosa, Clara Campoamor y Victoria Kent planteaban ya claramente la demanda del sufragio femenino

 Clara Campoamor

La segunda República y las Mujeres: pocos años, grandes avances.
El sufragio femenino fue otorgado en el marco de las reformas introducidas en la legislación de la Segunda República Española. Además del voto, la Constitución del 9 de diciembre de carácter progresista, establecía: la igualdad judicial con el hombre; el derecho a ser elegidas para un cargo público; el reconocimiento del matrimonio civil y la igualdad de los cónyugues; entre otras muchísimas reformas que otorgaba a las mujeres su sitio legítimo en el mundo.

Dolores Ibárruri ‘PASIONARIA’
Esta mujer de clase obrera, como otras tantas, veía morir a sus hijos en la miseria, trabajaba duramente… y sin embargo, se afilió al Partido Comunista de España, y permaneció políticamente activa.
Mediante la Unión de Mujeres Antifascistas desempeñó un papel muy importante en la lucha contra los efectos de la brutal represión que siguió a la revuelta de los mineros en Asturias en 1934. Estas mujeres participaron en la llamada ‘revolución de octubre’, integrando comités o incluso empuñando las armas, llegando a convertirse en todo un símbolo.
En 1936 nació la revista ‘Mujeres’ dirigida por ella y redactada por mujeres de distintos países.

 Dolores Ibárruri


La Guerra Civil
Al principio, la guerra no paralizó los progresos culturales y legislativos, las mujeres se incorporaron a la industria de la guerra y la Ministra de Salud, Federica Montseny, consigue que se legalice el aborto.
La historia de las milicianas, que lucharon por la libertad y la justicia, es también digna de mención, en general obreras, muchas muertas en combate.
En el verano de 1936, las mujeres participaron en las milicias igual que los hombres, pero ya en otoño, fueron enviadas a la retaguardia. La ‘Unión de Muchachas’ defendió Madrid durante los tres años de sitio

Las Trece Rosas
-‘¡Pobrecita mi madre!’ Victoria lloraba. Y lo hacía con una cadencia nerviosa, sin aspavientos, más preocupada por los suyos que por ella misma. -¡Mi pobre madre!, primero Juan, y ahora Goyito y yo.’
La voz de Anita sonó firme, pero no a reproche. –‘Por favor, Victoria, se valiente’. Y Victoria Muñoz García, que así se llamaba, dejó de llorar. Y fue la última vez que lloró, pues fue fusilada junto a sus doce compañeras, siete de ellas menores de edad, en la madrugada del 5 de agosto de 1939 contra la tapia del cementerio este de Madrid. Su delito: ser ROJAS

Aba López Gallego
Victoria Muñoz García
Martina Barroso García
Virtudes González García 
Luisa Rodríguez de la Fuente
Julia Conesa Conesa
Elena Gil Olaya
Dionisia Manzanero Sala
Joaquina López Laffite
Carmen Barrero Aguado
Pilar Bueno Ibáñez
Blanca Brisac Vázquez
Adelina García Casillas


 Homenaje a las trece rosas en el cementerio civil de la 
    Almudena

 Las trece rosas

Acaba la guerra: Franquismo y pérdida de derechos
A partir de 1939 muchas mujeres fueron exiliadas o a resignarse en su país a sufrir toda una serie de humillaciones, censuras y arbitrariedades por su apoyo a la causa republicana, entre ellas,  La Pasionaria que se exilió en Moscú, donde se convirtió Secretaria General del PCE y en 1960 presidenta del partido.
Con el régimen instaurado tras la guerra por los responsables del golpe fascista y genocida del 36, las mujeres retrocedieron más de medio siglo en sus condiciones de vida y en sus derechos. Se prohibieron todas sus conquistas: el derecho al aborto, el divorcio, los matrimonios civiles,… Se prohibió la coeducación, se establecieron penas para el aborto y el adulterio femenino. En definitiva, se restablecía el concepto y el papel tradicional de la mujer.
Las mujeres habían conseguido lograr igualdad con el hombre en muchos terrenos, algo que el franquismo les haría pagar muy caro, convirtiéndolas en blanco preferente de la represión. Por ello, las mujeres que lucharon por la defensa de la República, se les aplicó una opresión muy cruel. Lo primero que hicieron fue abolir todas las leyes que las equiparaban con los hombres y promulgaron leyes que las equiparaban con los menores de edad y con los incapacitados mentales.
El 28 de marzo de 1939 se encargó a la sección femenina la formación político-social de las mujeres españolas: durante seis meses debían cumplir con la patria, cuyo objetivo era mantener cierto control ideológico sobre la población femenina.
El 6 de noviembre de 1941 se constituye el patronato de protección a la mujer, en el que desarrolla un papel importante la Iglesia, y en el que se regula el trabajo femenino y ‘libera’ a la mujer casada del taller y la fábrica.
Y todo esto le sucedía a las que estaban ¿libres?

Una mujer
Habían matado a su compañero y a ella rapado el pelo a cero y obligado a tragar aceite de ricino mediante el procedimiento de meterle un embudo en la boca, en el que volcaban media garrafa; muchas morían ahogadas en su propio vómito; después la unieron a otras obligadas por la guardia civil a caminar de pueblo en pueblo, para exponerlas en las plazas para aniquilarlas moral y físicamente. Su propia madre estaba entre los espectadores obligada a ver el espectáculo con la impotencia y el desgarro en el alma. ¿Y todo por         qué? En el caso de nuestra protagonista por haber pertenecido a socorro rojo durante la II República.
Consiguió sobrevivir a la ‘excursión’ y la llevaron a la cárcel, donde sufrió todo tipo de vejaciones, su delgadez llegó a ser tal que tenía la última vértebra al descubierto, por lo que solo podía sentarse de lado.
Sin embargo a pesar de aquellas terribles condiciones, las presas fueron capaces de crear cadenas de solidaridad para ayudar a las más necesitadas, de desarrollas actividades recreativas y culturales y organizar huelgas de hambre y plantes. Las más preparadas daban clases de alfabetización, matemáticas e historia; sin libros ni material alguno. Llegaron a editar publicaciones y crearon bibliotecas, incluso compusieron canciones que cantaban con voz queda en el patio para no perder la moral y afrontaban la pena de muerte con dignidad y valor. Celebraban el 1º de mayo y el 14 de abril.


 Grupo de mujeres en la cárcel de Ventas



Tímidas reformas
El Estado, a remolque de los tiempos, promulga la ley de Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la mujer el 15 de julio de 1961. Sin embargo, la ley seguía vetando el ejercicio de las carreras de armas, judicatura, magistratura o fiscalía.
En el periodo de 1960 a 1975 surgieron los primeros indicadores de un cambio en la mentalidad de las españolas. Surge el feminismo desde dos posicionamientos diferentes: dentro de movimientos antifascistas, liderados por grupos políticos en la clandestinidad, y en el seno de diferentes grupos católicos. Nacieron dos grupos feministas SESM (Seminario de Estudios Sociológicos de la Mujer y MDM (Movimiento democrático de las mujeres). En noviembre de 1971, en torno a la abogada María Telo, surgió la Asociación de Mujeres Juristas, que influyeron de forma decisiva a las reformas en el código civil, penal y en la legislación laboral. A estos cambios vino a sumarse la apertura en Europa.

Transición y democracia
Durante la transición regresaron a España algunas de las mujeres que vivieron en el exilio entre ellas, Dolores Ibárruri, que lo hizo en 1977 y en las primeras elecciones democráticas de ese año fue elegida diputada por Asturias.
Después de muchos años, el primer gobierno en equiparar los cargos ministeriales en hombre y mujeres fue el de José Luis Rodríguez Zapatero.



Con este escrito, quiero rendir un homenaje a todas estas y otras luchadoras, porque ELLAS nos enseñaron con su ejemplo a seguir adelante, y también a luchar por nuestra propia dignidad personal; a fin de cuentas lucharon y murieron para que heredásemos un mundo más libre, más digno y más igualitario. 


 Mujer bonita, es la que lucha


Ahora, los puestos de trabajo también se sortean.
Dos empresarios catalanes hacen una rifa navideña  algo innovadora e insólita; los premios son tres años de hipoteca o alquiler, tres años de gastos de alimentación, dos años de estudio, un coche y una moto, además de una amplia oferta de productos electrónicos hasta un valor de 110.000 euros, empero, aún hay más, sortean un puesto de trabajo con un contrato indefinido. Para participar hay que comprar un boleto con un coste de 5 euros.
Esta empresa catalana actualmente es la que se encuentra más en expansión, los empresarios han invertido 150.000 euros y para que la rifa les salga rentable deben vender 70.000 de los 100.000 boletos que sortean.
Es una iniciativa que frivoliza los puestos de trabajo y se aprovechan de nuestra desesperación para ganar dinero. Hemos llegado a un punto en el que vivimos para trabajar, con la excusa de la crisis económica se han negado los derechos a los trabajadores, hay que aceptar cualquier puesto de trabajo en unas condiciones cada vez peores y por un mísero sueldo, que te aleja de tu familia y de tu vida. El problema de esta iniciativa del sorteo de puestos de trabajo, es que nos anula aún más nuestra dignidad; un trabajo debe servir para realizarnos como personas y no como meros objetos de la cadena de producción en el mercado laboral; esta concepción por desgracia, la hemos naturalizado en las sociedades modernas como un simple nombre, sin embargo, tiene muchas acepciones detrás. Con esto quiero decir, que hay que indagar en cualquier noticia o asunto, no nos podemos quedar en la superficie como hace el capitalismo, crea unos países desarrollados donde ‘el progreso’ se ve a la luz del día, pero que debajo hay un mundo de miseria, explotación prostitución y condiciones infrahumanas.

Una persona, sea de donde sea, pues para eso somos ciudadanos del mundo principalmente tiene que tener dignidad, porque si es digno, tiene un techo, sus condiciones básicas cubiertas y un trabajo que le engrandece; y para que esto suceda en cualquier rincón de la Tierra es necesario que haya igualdad entre todas las personas.